¿Sexo libre o libre sexo?

Entendemos sexo libre como el acto de tener relaciones sexuales sin necesidad de la territorialidad que impone una relación. Ni tú eres mía ni yo soy tuyo. Pero el sexo libre no es tan libre como se cree. Muchas veces queremos sexo libre, lo que no es más que tener sexo sin compromiso y al final terminamos enamorados. El sexo libre es un recurso del amor cuando toma prisioneros. A veces la proposición de tener sexo y nada más es un recurso de la baja autoestima que dice que nadie se fijará en ti para amarte. Cuando alguien te propone sexo libre lo que en realidad está diciendo es «yo te veo para tirar y nada más, pero yo hago el amor con quien quiero y tú también». A eso llamamos sexo libre sin darnos cuenta de que ya eso es una regla.

Podemos tener sexo libre, pero luego ¿cómo nos liberamos de él? Para tener sexo con alguien lo mínimo es tener cierta atracción. No cabe duda de que el sexo libre es muy atractivo y satisfactorio, pero también es verdad que mantenerlo de forma prolongada aburre porque es una condición plana que no evoluciona.

El sexo libre a veces nos hace esclavos. No podemos dejarlo y nos imposibilita el compromiso, aunque para algunos eso tampoco es de gran importancia. El asunto del sexo libre tiene que ver con el nivel de represión que tengas. A menos represión más gozo.

De los principios del sexo libre, el primordial es no enamorarse. Se dice fácil pero no lo es. Conducta que se refuerza, se repite, por eso es tan fácil enamorarse de quien te produce buen sexo de forma frecuente. El concepto del sexo libre anima a quienes tienen miedo al compromiso o a aquellos voraces del placer. A veces enmascaramos el asunto del sexo libre con una fachada de rebeldía y al final estamos necesitados de amor o de sexo, pero necesitados al fin.

No siempre el sexo libre es placentero, pero el concepto atrae a muchos. ¿El hecho de que te guste el sexo libre te hace promiscuo? Sí, puede ser ¿y qué? Es asunto de cada quién lo que desee hacer con su sexualidad. El sexo libre no es hacerlo libremente con alguien, es hacerlo libremente con quien te plazca y sin compromiso emocional.

Mientras asumamos que el sexo libre nos hará sentir satisfechos pero vacíos, todo va bien. Si queremos algo más, estaremos en problemas. El hecho de que tengas varias parejas implica que tienes sexo libre. Pero a su vez toda relación que se establezca bajo esta modalidad implica un grado de acuerdos y reglas. O sea, que tan libre no es. Y si para tener sexo libre tienes que mentir, entonces tú no eres libre.

El problema del sexo libre es que muchos hombres consideran a la mujer que lo practica una puta, sin percatarse de que son ellos los tomados por objetos. Además, a veces el sexo sin compromiso es una excusa para tapar problemas sexuales importantes, como por ejemplo la disfunción eréctil o la frigidez. El sexo libre es lujuria sin apego, si quieres practicarlo empieza por liberarte de represiones.

Cuando se tiene sexo bajo esta modalidad no hablamos de infidelidad. De hecho es un convenio donde se establece que cada quien hace el amor con quien quiera. Dentro de una relación de sexo libre la comunicación es primordial, y a veces el ocultamiento también. No todo se dice, aunque sea libre.

Sexo libre, sexo con quien se desee. ¿Es una opción para ti? ¿Aceptas los riesgos emocionales y físicos?

Fragmento del libro: A veces cupido tiene mala puntería de Alberto Barradas, Ed. Diana Pg. 74-75