Ni príncipe azul ni Caballero, el nuevo rol del hombre del siglo XXI
Como psicoterapeuta he conversado con muchos hombres desorientados en una relación en la que no tienen claro su rol y las expectativas de su pareja les sobrepasan. “Ya no sé si abrirle la puerta del auto la va a ofender o si se va a enojar porque no se la abro...” “Le digo que la voy a ayudar con las labores domésticas y surge una discusión”... éstos y otros comentarios de pacientes, amigos y colegas, así como algunas lecturas recientes me llevan a querer exponer algunas ideas sobre el papel del hombre en el siglo XXI.
Existen cuatro tipologías arcaicas heredadas y difundidas aún hoy en día en películas, series de televisión y canciones: el Príncipe azul, el guerrero, más recientemente el caballero cortés y romántico y finalmente el proveedor, estos eran los modelos a seguir por el hombre que quisiera asegurar su masculinidad, pero ¿qué sucede a quienes intentan seguir hoy esas tipologías?
El Príncipe azul, este es el primer estilo, el hombre hombre bueno y gentil la encarnación de todas las virtudes, que además, con solo escuchar o ver una vez a su princesa- e incluso sin verla- se enamoró y estuvo dispuesto a pasar por los peligros más grandes y terribles con tal de conquistar su amor....¡qué romántico! Pero ¿qué sucede hoy en día con los “niños buenos”? Si se te ocurre ser ese chico amable, gentil, hasta tierno...te vas derechito a la “friendzone”, o al menos es lo que muchos de mis amigos y conocidos me cuentan, “ella se queja todo el tiempo de su novio, me cuenta sus pleitos, mentiras y errores, y aquí me tiene, incondicional, fiel, honesto y nunca se fija en mí más que como amigo”. ¿Entonces en qué quedamos? ¿Príncipe azul o chico malo? Pareciera que los chicos malos tienen mayor éxito. En realidad nunca va a prosperar una relación en la que no hay atracción sexual y tampoco una relación tormentosa como la descrita, ambas están condenadas al fracaso.
El Guerrero, envuelto en su yelmo, montado sobre brioso corcel, empuñando la lanza o la espada, o cualquiera de sus presentaciones de acuerdo a la época, es decir, el hombre agresivo, dispuesto a rescatar a la damisela en apuros, el hombre que lo resuelve todo por los puños, el “valiente”, otro prototipo del “macho alfa”, que dirige la manada, y que por lo tanto tiene derecho a tener a la mujer más bella, y ella tiene el honor de ser su pareja. Danny Zuko, representado por Jonh Travolta en la película "Grease" (Vaselina) pudiera ser un ejemplo. Pero - viene el gran pero- pareciera que a las mujeres de ésta época ya no les gusta ese rol, con toda la violencia intrafamiliar y en específico la violencia de género, este molde está muy desprestigiado y no hace falta mucha explicación para entender porqué. Cabe aclarar que imponerse no necesariamente implica golpes físicos sino levantar la voz, imponerse sin tomar en cuenta las opiniones ajenas, etcétera; y a pesar del fracaso craso y supino de este esfuerzo, en una época en la que un alto porcentaje de las mujeres poseen un alto nivel cultural y educativo, muchos hombres persisten en seguir este patrón y tratar de imponerse por la fuerza de los puños más que por los argumentos y a tratar de rescatar a damas, por lo demás, bastante autosuficientes .
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El caballero; pienso que este cliché es de los más desprestigiados hoy día y de los que causan mayor confusión a los hombres. para empezar tiene muchas reglas: Muchas reglas: “las damas primero” “abre la puerta”, “cede el asiento”, “da el paso”, “Ayúdale a quitarse el abrigo o a cargar cosas”, “en un restaurante ella ordena primero, y por supuesto, tú pagas”. La existencia del caballero reclama la existencia de la dama, no hay caballero sin dama ni dama sin caballero. Ella también tiene reglas: “Ríete de todos sus chistes pero con discreción”, “cierra las piernas al sentarte”, “no encorves la espalda”, “No te maquilles en exceso”, “No vayas a comer mucho”, “No digas groserías”, “Sé encantadora”, y un gran etcétera para ambos. ¿Y cuál es el problema? que ahora las damas gritan, ríen a carcajadas, dicen groserías, no esperan a que les abran la puerta, en ocasiones se ofenden si quieres pagarles su parte de la cena, y los hombres se desencajan, ¿qué hago? Unas se molestan si no soy un caballero y a otras les ofende y les parece sexista. ¡Ya ni siquiera es seguro ser un caballero! Yo creo que la cortesía nunca está de más y que la buena educación no se equivoca. Si estás con una chica más relajada ¡disfrútalo!, y si no sabes qué hacer siempre está la opción de preguntar, no supongas, después de todo la cuestión es equilibrar el poder en la relación.
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El proveedor es el último paradigma que analizaré, para no extenderme más. En pleno siglo XXI seguimos juzgando el valor del varón por sus posesiones materiales, el estatus, y el ingreso económico que percibe. Recuerdo más de una ocasión de lágrimas amargas en algún hombre conocido cuyo divorcio o fracaso empresarial le llevó a un revés económico que le cambió la vida y dañó seriamente su autoestima, pues hasta el momento se ha considerado el principal proveedor del hogar y cuando pierde ese papel siente que lo ha perdido todo. Por otro lado sus posesiones le otorgan un rol de poder, pues “el que paga manda”, implicando además que la mujer era quien se encargaba de cuidar la casa y los hijos, y tenía la única función de ser la “esposa trofeo” ante la sociedad, además de mantener la estabilidad de la casa guardando silencio mientras el hombre tenía todas las libertades y licencias fuera de la misma. Debido al ingreso de la mujer en el mundo laboral poco a poco va cayendo este antiguo paradigma, y tanto los hombres participan cada vez más en la tareas del hogar como las mujeres en la economía.
Esos son los cuatro modelos de masculinidad que nos ha propuesto la cultura y sociedad hasta el momento y que se han agotado en su funcionalidad.
¿Y cuál es el nuevo modelo que propongo? ¿Quién es el hombre del siglo XXI? ¡Ah! Ese hombre está en proceso de construcción y tenemos que crearlo juntos en esta generación dejando atrás todos estos arquetipos sin futuro. De hecho ya lo estamos haciendo a través del movimiento de las nuevas masculinidades, un movimiento que está repensando la forma de ser hombre moderno. ¿Qué características sugieres tú?